Partiendo de la fragilidad del ser humano y su psique la puesta en escena es una consecuencia de hambre dolor angustia soledad y temor de lo cual estamos todos expuestos y la cual influye en un todo en un mundo vertiginoso que mutila al hombre de modo que consciente o inconsciente crea un presente partiendo del mito y cargando con el pasado
Es importante hablar de una ficción en inercia con un mundo violento donde a unos personajes se les da lo que se merecen partiendo de conceptos como justicia y otros entran en el estallido sin saber a dónde van
A la par de una visión humana en donde la responsabilidad y el terror es inevitable para algunos abro la visión que Albert Camus escribió en El hombre rebelde, cito “la verdadera condena de esta época es hacer pensar, por el contrario, que no es bastante sangrienta. La sangre ya no es visible; no salpica bastante arriba el rostro de nuestros fariseos.”
Gibran R. Portela con hay un lobo no solo logra el premio Emilio Carballido logra también con todos los sentidos expandir el miedo partiendo de un microcosmos como lo es el núcleo familiar y abarcando un todo una realidad que nos envuelve como si fuese un mándala lleno de impulsos vitales tales como eros y tánatos.
Con la esperanza de entender cada día el por qué de estos impulsos la puesta en escena nos coloca en un lugar no de victima ni de inocente sino desde lo humano donde el papel que juega esta pesadilla en relación con el todo es inherente a la razón y nos seduce a pasiones…
Hay un lobo que se come el sol todos los inviernos, desde un mundo de sensaciones hace una reflexión que nos insista a encontrarnos de frente a las responsabilidades de una sociedad afectada por la violencia y la despersonalización encontrarnos por un momento con nuestro inconsciente a través de otro que no tiene nada que perder…